“Hay que crear una economía circular y esquemas solidarios alrededor del cannabis y el cáñamo”: Alberto Centeno, agroecólogo fundador del Frente Cannábico del Sureste

Alberto Centeno, agroecólogo especializado en cannabis y cáñamo. Imagen: Frente Cannábico del Sureste.

Alberto Centeno, agroecólogo especializado en cannabis y cáñamo. Imagen: Frente Cannábico del Sureste.

Alberto Centeno es licenciado en Agroecología y está al frente del "Frente Cannábico del Sureste", iniciativa con la que promueve el extensionismo rural cannábico trabajando con pequeños y medianos productores, campesinos y pueblos originarios para promover las posibilidades económicas que la producción de cannabis y cáñamo puede llevarles, así como las buenas prácticas en otros cultivos.

Centeno comenzó a interesarse en el cannabis y cáñamo en 2017, vio la oportunidad cuando el gobierno federal de ese entonces aprobó la investigación y producción de cannabis con fines medicinales y comenzó a crear grupos cannábicos, talleres y cursos enfocados en el estudio de la planta.

Luego se fue un tiempo a Canadá justo cuando ocurrió la legalización en ese país. Trabajó en distintas áreas de la cadena productiva y vivió directamente los retos que representa la producción y cultivo del cannabis y cáñamo. Su especialización académica y experiencia en el mercado lo han convertido en uno de los especialistas mejor informados en torno a buenas prácticas y manejo de la planta.

Alberto Centeno, también conocido como Betocanna, ofrece cursos gratuitos a campesinos de comunidades rurales en el sureste y también comparte su conocimiento en talleres en ciudades, como el que ofrecerá el próximo 14 de agosto en el Huerto Roma Verde.

Industria420: ¿Cuáles son los desafíos a la hora de capacitar campesinos o pequeños productores en México?

Alberto Centeno: Primero que todo, comprender la diferencia entre cáñamo y marihuana (cannabis) porque para muchas personas todavía no está claro, pero eso se puede explicar fácilmente. Después de eso está el entender que el cultivo de cáñamo es un cultivo industrial. El Sorgo, el trigo, el maíz se parecen más al cáñamo industrial que el cáñamo industrial a la marihuana. Entonces hay que tener eso bien claro, porque no es lo mismo.

Por otro lado, están las cuestiones un poco básicas de agronomía: la precipitación, el tipo de suelo que necesitas, la ondulación, saber en qué zona estás para decidir si producir cáñamo industrial.

Al final el problema del cáñamo industrial es la cosecha, porque el cultivo es súper sencillo, puede hacerse manualmente, al voleo, y cuando crecen las plantas, cuando llegan a la cuarta hoja, solitas van a crecer, crecer, crecer. En algunas mediciones que hicimos vimos que a veces crecían hasta 2.5 centímetros al día. Cuando pasa eso, realmente no se tiene que hacer nada, sino prepararse para la cosecha.

La cosecha es lo que más cuesta, para cualquier tipo de planta. Mucha gente dice que la más difícil de cosechar es el cáñamo industrial, porque es multipropósito, se puede sacar semilla, flor, tallo, pulpa, fibra, raíz... ¿como cosechar de tal forma que se pueda aprovechar todo? A la gente que produce sólo una cosa le va bien, pero también muchas de las personas que están teniendo éxito es porque venden un producto, como la semilla, pero también le buscan una salida a sus subproductos de la fibra, microfibra, la fibra corta, la fibra larga, la pulpa... para usarse en insulación en construcción, en ropa, sogas, entre otras cuestiones.

Aquí puede ser donde la gente le pierde, porque piensan "voy a vender pura semilla y me la van a comprar toda de un solo golpe". Cuando guardes la semilla escucha las historias de Florida y Texas que ya lo hicieron y tuvieron el problema de que la gente no está comprando semilla porque no conoce el mercado y los productores no estaban concientes de que las semillas se pueden ranciar fácilmente por sus altos contenidos de ácidos grasos. Si no se cierra la cadena se termina con ese tipo de problemas. Ese es el problema general con el cáñamo industrial: la cosecha y la salida de los productos.

Si vemos ahorita a los que tienen éxito, es porque generaron su propia máquina, porque tienen un producto en especial. Por ejemplo, en la India, a la cooperativa Himalayan Hemp le fue bien porque empezaron a crear cubrebocas para el coronavirus con fibra de cáñamo. Pero si ves los números a nivel mundial, es como el tres por ciento de los productores que están aprovechando la fibra del cáñamo.

Ahora, con lo que es marihuana y cáñamo medicinal, muchos de los productores del sector rural están acostumbrados a que las plantas con las que trabajan son aguantadoras, sobre todo en Yucatán, donde las condiciones no son muy buenas, el maíz nativo, chile nativo o frijol nativo no producen tanto pero no se mueren con una inundación, no las tira un viento, no les dan enfermedades. Es por eso que a veces se considera que el sector rural no es productivo, pero no es porque no produzcan, sino porque las variedades que usan están a merced del cambio climático y no producen tanto.

Entonces aquí debe haber una cuestión de fitomejoramiento, porque, uno, el estándar de la industria de la cannabis va a ser muy alto y, dos, la planta es muy "chechona", una expresión que usamos en Yucatán para decir que es "caprichosa". En comparación con otras hortalizas, la cannabis es caprichosa. Entonces, es algo que la gente no está dispuesta a hacer, no porque no quiera, sino porque en su mundo no está acostumbrada a darle tanta atención a una planta.

Este mismo problema tiene el síntoma de que a la gente le gusta corregir en vez de prevenir. Y esto es un problema tanto en exterior como en interior o invernaderos.

Por ejemplo, en invernaderos y también en interior, la mejor forma de evitar plagas es el control cultural: lávate las manos, lávate el pelo, cámbiate la ropa, ponte las botas, una entrada, un ventilador... si tienes todo eso y un invernadero o espacio íntegro, jamás vas a tener plagas. La mayoría de las plagas entran por descuidos humanos. Y cuando una plaga entra a un invernadero es muy difícil sacarla y lo mismo con el indoor. Entonces, es cuestión simplemente de tener el control cultural.



Otra cosa: las necesidades de la planta. La cannabis es una planta fotoperiódica. Eso lo tenemos que entender clarísimo. Casi ninguna otra planta es fotoperiódica, en esta zona sólo la jamaica lo es, porque florece igual que la cannabis: cuando empieza a haber menos horas de luz, en agosto, septiembre y octubre.

La cannabis atemporal la podemos empezar a sembrar a mitades de marzo y cosecharla en septiembre y va a ser una planta monstruo. Por eso hay que decidir si queremos varios ciclos al año o plantas gigantes que te den un kilo cada una. Para esto debemos manejar el fotoperiodo de la planta con técnicas de privación de luz.

Ahora, te puedes brincar este tipo de problemas con dinero, comprando semillas autoflorecientes, pero "es unas por otras". Las plantas autoflorecientes no producen tanto, son más chicas, les pegan un poquito más fuerte las plagas. Entonces dependerá de qué te cuesta más, qué te sale mejor en costo beneficio: comprar autoflorecientes y no poner privación de luz o trabajar con regulares y tener privación de luz. Ninguna de las dos formas es mejor que la otra, depende de lo que te acomode en tus condiciones.

Lo mismo con la hidroponia, lo mismo con los indoor. Muchas personas quieren producir para el consumo personal en indoor porque les han metido la mente que esa es la forma de hacerlo, pero no entienden el contexto histórico de que la mayoría de las personas en Estados Unidos que perfeccionaron el indoor fue porque no les quedaba de otra, tenían que hacerlo en indoor a escondidas, pero nosotros en México con todo el sol que tenemos y si hay buenas medidas de seguridad se pueden tener buenos cultivos en terrenos.

¿Cómo pueden ir preparándose los pequeños productores o personas interesadas en producir?

Técnicamente, en la Ley General de la Salud y en la regulación medicinal de cannabis ya está permitido que se produzca, pero, aquí está el probelema: no hay manera de obtener semilla certificada. Porque si tú quieres producir para cuestiones comerciales y legales, necesitas trazabilidad en la semilla. Actualmente esa semilla no puede entrar a México. Se puede producir cáñamo industrial en México, se pueden comercializar sus productos, pero su semilla no puede entrar para producir.

Por eso en cadenas de supermercados encuentras productos del cáñamo, como la semilla pelada al aceite, porque sí pueden entrar como producto y comercializarse, pero la semilla para producir no puede entrar y por eso nadie lo está haciendo.

¿Cómo ir preparándose? Bueno, hay que tomar en cuenta que hay distintas variedades de cáñamo industrial, así como hay muchísimas variedades de maíz, las hay de cáñamo. Hay variedades de uno, dos o tres propósitos, de ciclo corto, de ciclo largo, hay variedades que no son fotoperiódicas, hay variedades con mayor dominancia de plantas femeninas o masculinas, hay variedades como Katani, X-59, Altair, Fedora...

Si tú crees que vas a poder producir cualquiera de las variedades en cualquiera de tus lugares te vas a llevar una mala experiencia, no porque no crezca, sino porque no va a explotar la productividad que te dijeron que tendría.

Al cáñamo no le gustan suelos que se inundan. O sea, la cannabis, tanto medicinal, recreativa o industrial, le gusta que le des mucha agua, la usa, se consume y hasta ese momento debe llegar el siguiente riego. Entonces, por ese tipo de cuestiones en lugares donde hay suelos arcillosos y se va a estar encharcando, con dos o tres lluvias se muere tu cultivo.

Hay mucha oportunidad para muchas personas en este sector, pero no hay que querer comerse al mundo, igual y no es necesario trabajar con la planta directamente. En esta industria hacen falta educadores, hacen falta productores de semillas. Quizás no vas a ser productor de flor y no vas a estar con Snoop Dogg, pero vas a producir semilla y vas a estar metido en la industria. Si lo que quieres es comerte al mundo, mejor métete a un corporativo, ellos sí lo pueden hacer todo.

¿Como ves el futuro del sector en México?

Si los esquemas solidarios no funcionan podría pasar como en Canadá, donde la mayoría de los dispensarios todavía no alcanzan la calidad ni la recurrencia necesaria para la demanda y por eso la gente sigue comprando en el mercado negro.

Hasta que se levante el estándar y que la gente realmente sepa cómo producir con calidad y recurrencia el mercado negro no va a desaparecer.

Me preocupa que la gente no le agarre la onda al cannabis, o que entre por puro bluff y no se logre tener una industria estable. Ya lo vi en Canadá, donde se metieron todos pero los que sobreviven hoy son un monopolio. ¿Por qué? Porque a falta de pequeños y medianos productores toda la demanda la suple el gran productor.

Entonces, si queremos que esta industria en México sea aprovechada por diferentes sectores pues no puede quedarse a manos de grandes corporaciones que lo hacen todo. Tenemos que crear esa economía circular local. En este momento nos corresponde a nosotros ver de qué forma podemos empezar a sacar adelante los esquemas solidarios. Es una oportunidad muy grande para México.

Más información:
https://www.facebook.com/BetoCanna/
https://www.facebook.com/FCDLS/

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